lunes, 14 de enero de 2019

Actividad: del siguiente artículo sintetiza los principales rasgos demográficos de España.

El primer semestre de 2018 registra el menor número de nacidos desde 1941
La cifra de fallecidos también marca un récord: es la mayor desde ese año, el primero en la serie de datos del INE

El declive demográfico natural de España ha alcanzado un máximo histórico, según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados este martes. En la primera mitad de 2018 solo hubo 179.794 nacimientos en España, la cifra más baja para un primer semestre desde que empieza el registro del INE en 1941, y un 5,8% menos que el mismo periodo del año anterior.
Además aumentan las muertes: en este tiempo fallecieron 226.384 personas, la cifra más alta desde 1941 (cuando la población de España era de 26 millones). Ha habido una mortalidad especialmente elevada en el mes de enero. El balance de nacimientos restadas las defunciones, conocido como el crecimiento vegetativo, queda en -46.590, un mínimo que supone un récord de la serie histórica.
Esta tendencia demográfica negativa comenzó en 2015 y se proyecta hacia el futuro, con una pirámide de población en la que se estrecha la base y se ensancha la punta. Los alumbramientos cayeron con respecto al año pasado en todas las comunidades autónomas, pero los descensos más fuertes se registraron en La Rioja (–13,7%), Extremadura (–10,3%) y Cantabria (–7,8%). Diego Ramiro, el jefe del Departamento de Población del Instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD-CSIC), subraya que los datos del primer semestre publicados por el INE son provisionales.
"No es sorpresa que el número de nacimientos siga cayendo", dice Ramiro. El demógrafo apunta que ahora están en edad reproductiva las mujeres nacidas a partir de 1978, "una generación corta" que nació en un momento de baja fecundiad. Desde 1981, la natalidad en España está por debajo de 2,1 bebés por mujer, la mínima para garantizar el reemplazo generacional. En España la cifra es ahora 1,3, aproximadamente. Esta alteración del equilibrio demográfico resulta en un envejecimiento progresivo de la población que cada vez ejerce mayor presión sobre los jóvenes trabajadores.
Un factor importante es que la edad en la que las parejas tienen su primer bebé se retrasa cada año y con ella cae también la probabilidad de tener más hijos. Durante el año 2017, las madres primerizas tenían de media 32,1 años, el máximo histórico.
La economía tiene un papel fundamental. La natalidad en España registró un máximo en tres décadas en 2008, con 519.779 nacimientos. Desde entonces, "el número de nacimientos se reduce a un ritmo de entre 3% y 5% anualmente". Según Ramiro, estudios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han demostrado que la crisis económica redujo drásticamente la fecundidad de los trabajadores temporales y parados, aunque no tanto la de trabajadores con contratos fijos.
A pesar del crecimiento vegetativo negativo, la población de España, de unos 46,6 millones, está en aumento por la inmigración. Uno de cada cinco bebés que nació en España durante la primera mitad de 2018 fue hijo de una madre extranjera. Ellas contribuyeron aproximadamente lo mismo que el año pasado a la natalidad; el descenso general de este año se debe a la caída en partos de madres españolas.
Según Joaquín Arango, catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, entre 2000 y 2010 hubo una entrada muy significativa de migrantes a España. El balance vegetativo mejoró con los nacimientos de madres extranjeras en ese periodo, pero ahora que se ha ralentizado la inmigración, esto no es suficiente para compensar la mortalidad.
La cifra de fallecimientos ha crecido en 12 comunidades, con los mayores incrementos en Canarias (10,2%), Andalucía (5,3%) y Cantabria (5,1%). Solo tres comunidades tuvieron un saldo vegetativo positivo en la primera mitad de 2018: Madrid (3.714 personas), Murcia (997) y Baleares (428), además de Ceuta y Melilla.
Cohabitación sin matrimonio.-  . Se casaron un 5,7% menos de parejas que en los seis primeros meses de 2017. Ramiro asegura que este descenso es común a todas las "sociedades avanzadas". "Muchas parejas optan por la opción de cohabitación sin contraer matrimonio como decisión propia de la pareja. 

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