Aquí os dejo una noticia del Diario "El País", sobre algunos de los problemas de la Pesca en España. Interesante para comprender la problemática actual del sector pesquero en España.
Nuestro
pescado se está quedando en la raspa
ª Ecologistas, científicos y
pescadores artesanales reclaman a los Gobiernos una gestión sostenible de los
recursos
ª Si
se detiene la sobreexplotación los bancos estarían listos en cuatro años
ª El
63% del pescado que se consume en España procede de capturas extracomunitarias.
¿Cuánto tiempo durará nuestro pescado? Si España
consumiera únicamente especies marinas
capturadas en aguas nacionales tendría reservas para cinco meses. Es decir, que
el 16 de mayo de ese año imaginario de autarquía solo quedarían las raspas. El
pescado se acabaría el 9 de julio, si se consumiera solo pesca europea. Cada
año, el centro de estudios británico New Economics Foundation (Nef),
realiza estos cálculos para concienciar de que la sobrepesca no es sostenible.
El Consejo de Ministros de Pesca de Agricultura de la Unión Europea debate hoy
en Bruselas las políticas pesqueras de los próximos diez años. El Parlamento
Europeo votó a favor de que fuera más sostenible, ahora los Gobiernos tienen
que ponerse de acuerdo. En España, científicos, pescadores artesanales y ONG
han reclamado al Ministerio
de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que sea más
proteccionista y apueste por una gestión eficiente. El ministro Miguel Arias
Cañete anunció ayer que el margen de cesión es “estrecho” porque ya se han
hecho bastantes sacrificios. Hoy se sabrá si hay acuerdo.
“La
cuestión es simple: hay que decidir entre generar más recursos o perpetuar el
desperdicio de un recurso público, como es la pesca”, explica Anion Esteban,
biólogo, economista ambiental y autor del informe sobre la dependencia pesquera
de Nef en Europa. Según sus datos, el 63% del pescado que se consume en España
es extracomunitario. “Somos verdaderos depredadores, estamos en segundo lugar
en el consumo, después de Portugal”, explica.
Para Esteban, las políticas gubernamentales están muy influidas
por un sector pesquero minoritario pero muy influyente —los armadores— que ven
la gestión pesquera como una competición. “Veremos a ver cuál es la posición de
España y Francia, y si vuelven a poner freno a la restauración de las reservas
de pesca. Reino Unido y Alemania son más progresistas en estos temas. Desanima
mucho que se tome una postura masivamente en el Parlamento Europeo y luego se
caiga abajo todo”, reflexiona
Los
armadores españoles piden prudencia para adoptar estas políticas. “Las
interpretaciones que algunas ONG dan de los datos de la FAO —Organización de Naciones Unidas para
la Agricultura— a veces son alarmistas y se menosprecia todo lo que se ha hecho
en los últimos años”, considera Javier Garat, secretario general de la
Confederación Española de Pesca (Cepesca). Este sector, que representa el 80%
de las capturas en España, aprueba que se implante el rendimiento máximo
sostenible —capturas por toneladas que pueden extraerse de una especie para que
se pueda seguir explotando de forma indefinida— pero piden que se implante
cuando sea posible. Este criterio se quiere implantar en 2015. Tanto España
como otros países están reclamando “cierta flexibilidad” por las circunstancias
económicas y apuestan porque se retrase a 2020.

La
primera cita de los ministros de Pesca de la UE terminó ayer sin acercamiento
de posturas. El ministro irlandés, Simon Coveney, que coordina las
negociaciones porque tiene la presidencia de turno, pidió “realismo y
flexibilidad”. “Sin concesiones vamos a encallar”, dijo. La reforma corre
riesgo de quedar paralizada si se bloquea la discusión. La agenda europea está
bastante cargada en el próximo semestre y 2014 es un año en el que se prevén
pocos cambios. Hay elecciones europeas y cambio del Ejecutivo comunitario.
Ante sus colegas, el ministro Miguel Arias Cañete recordó la
“grave coyuntura económica” de España e incidió en que el país se juega 10.500
buques y más de 41.000 puestos de trabajo. “No apoyaremos la explotación de un stock
a un nivel considerado sostenible que suponga un plazo de dos décadas para su
recuperación, como está sucediendo con el bacalao”, manifestó.
El
representante español, al igual que los armadores, incide en que los pescadores
se ven obligados a tirar miles de toneladas de pescado por la borda porque
nuestro país no dispone de cuotas, y no porque a los pescadores les guste
hacerlo. “Hay que introducir unas reglas mínimas para evitar un cambio
traumático que ponga en riesgo innecesariamente los 40.000 empleos del sector y
que modifique las reglas del juego alterando gravemente la estabilidad
relativa”, defendió. Tal y como se preveía, España se alineó con Francia
planteando sus “ofertas”, pero sobre todo, sus “límites”.
Esta postura se veía venir. A finales de abril, más de 220 científicos de más de 50 universidades españolas enviaron una carga al ministro para solicitarle un cambio en profundidad de la Política Pesquera Europea. La misiva, liderada por la Federación Española de Oceanógrafos, reclamaba al ministro “más ambición” y que promoviera aspectos que los estudiosos consideran indispensables. “Es imprescindible realizar evaluaciones anuales para ver si la capacidad de la flota y de recuperación del ecosistema están equilibrados, y vincular la posibilidad de uso del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca a este equilibrio”, reclamó Montse Bargalló, miembro de la Asociación Catalana de Oceanógrafos.
Entre
sus conclusiones, los científicos consideraban fundamental que la gestión de
las pesquerías se haga de forma regionalizada, mediante planes de cogestión, y
que se ponga en valor la importancia socioeconómica de las flotas costeras
artesanales. Para ellas reclaman una consideración especial que contribuya a que
las comunidades costeras tengan un desarrollo sostenible.
Los armadores recuerdan que actualmente hay en marcha una serie de
planes de gestión para recuperar especies sobreexplotadas como la merluza
norte, la merluza sur, la cigala o el atún rojo. “Están en fase de recuperación
y se ha conseguido incrementar”, explica Garat.
En el sector también recuerdan la existencia de numerosos
proyectos de investigación, desarrollo e innovación, que se han puesto en
marcha en los últimos cinco años y con los que pretende reducir los descartes.
Por ejemplo, un tipo de pez llamado marujito, ha pasado de tirarse por la borda
a comercializarse en aguas de Altántico suroccidental, en Las Malvinas “Es un
pescado barato, pero se ha conseguido abrir un mercado en países de Europa del
Este, donde lo aprecian”, explican en Cepesca.
Hay especies que no tienen interés comercial y en otros casos, los
barcos españoles no pueden llevar a tierra esas capturas porque ya han superado
sus cuotas o no tienen permiso. “El sector pesquero no se somete a las normas
del mercado interior, no se puede negociar directamente con otro país y eso
limita mucho la actividad”, se quejan. En los últimos 15 años, España ha
reducido un 40% su capacidad pesquera, según datos del Ministerio de Medio Ambiente.
Las
organizaciones conservacionistas contraatacan con sus estudios sobre empleos
perdidos en el mar, evaluados en febrero de 2012. Según cálculos del centro de
estudios británico Nef, que toma datos oficiales para hacer sus informes,
España recuperaría 165.000 toneladas más de pescado desembarcado cada año si se
restablecieran 43 poblaciones de peces europeas sobreexplotadas. Ese pescado
generaría 103 millones de euros de ingresos anuales adicionales y la creación
de 3.500 puestos de trabajo. Nef calcula que, si se interrumpe la pesca de las
poblaciones sobreexplotadas, la mayoría se habría restablecido en tan solo
cuatro años. “Conllevaría un coste de 10.500 millones de euros a lo largo de
9,4 años en concepto de compensación a los pescadores durante el periodo de
transición, pero la inversión generaría 15.600 millones de euros de ingresos
cara a 2023. 5.100 millones o lo que es lo mismo, un rendimiento de la
inversión del 50%, 1,5 euros por cada euro inicialmente invertido”, expone
Aniol Esteban.
Este centro de estudios colabora con el grupo de presión Ocean
2012, en el que se integran 160 organizaciones europeas, entre las que hay ONG,
pescadores artesanales, buceadores y otros actores: todos unidos para detener
la sobrepesca y garantizar un uso justo y equitativo de los recursos pesqueros
en buen estado. Según datos de la FAO, el 47% de las pesquerías evaluadas en el
Atlántico están sobreexplotadas y en el Mediterráneo la cifra sube al 90%. Los
armadores matizan que hay 65% de stocks en estado desconocido, por lo que están
sin evaluar. “No hay nada sostenible, por si solo, ni la pesca artesanal es
perfecta, ni el arrastre perverso, la clave es no utilizarlo en zonas
vulnerables”, explican en Cepesca.
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